TE INVITAMOS A QUE COMENTES TODAS NUESTRAS ENTRADAS

viernes, 17 de abril de 2015

LOS PRINCIPIOS ÉTICOS Y SU APLICACIÓN EN LA RELACIÓN MÉDICO PACIENTE

Unknown | 20:21 |
Los principios eticos quedarian enmarcados en autonomía, no maleficencia, beneficencia, secreto profesional, consentimiento informado (este principio fue el detonador en la revolución de los cambios en la relación médico-paciente) y justicia en las oportunidades de atención médica integral de calidad y los principios que se han actualizado: seguridad, prudencia, discernimiento, juicio crítico, discreción y confidencialidad en el manejo de registros, autorizaciones, historia clínica y expediente, principios con los que se cumple con ética el trabajo del médico, se cuida a satisfacción el derecho al cuidado de la salud del paciente y lo que es ahora de actualidad, el cuidado de su intimidad.
Pero se tiene que aceptar que no todos los principios éticos se han podido aplicar al cien por ciento en todos los sistemas de atención a la salud y médica, ya que éstos tienen sus propias organizaciones, formas de utilizar los recursos, sus políticas, sus prioridades e incluso sus particularidades operativas, lo que nos lleva aceptar que la ética médica, ya no es sólo responsabilidad del médico, sino que también se traslada a los sistemas y a las instituciones responsables directas de la atención, es decir, una ética institucional (calidad de la atención), una ética organizacional (justicia en la distribución de los recursos).
 El peso específico de los principios éticos mencionados, ha sido diferente y ha tenido sus consecuencias, así al hipertrofiarse los derechos de los pacientes a tener una atención de alta calidad con los recursos tecnológicos modernos diagnósticos y terapéuticos, se han agregado los riesgos propios de dichas actualidades, por lo que el consentimiento informado puede llevar a que se exageren los riesgos, a que se minimicen o que de plano no se apliquen, representando un ejemplo de lo que se conoce actualmente como medicina defensiva.
La exigencia de los pacientes a ser beneficiados por las actualidades extraordinarias de la medicina moderna y que se publicitan por todos los medios audiovisuales, ha propiciado pacientes más informados y más exigentes, y médicos que para evitar el riesgo de queja o demanda por atención médica incompleta o equivocada, han exagerado las indicaciones de los recursos diagnósticos y terapéuticos modernos. La medicina defensiva desgraciadamente ha sido la consecuencia de la cultura de las insatisfacciones, quejas y demandas que se viven en todos los sistemas de atención y que ha propiciado el encarecimiento y el dispendio de los recursos en todos los sistemas de atención social, y en la econmía de los pacientes que se atienden en el sistema de atención privada. El cambio de postura tradicional del paciente a una posición de demandante, propició la consecuencia lógica de que el médico para que no fuera demandado por motivos no justificados, inició la exageración en la obtención de evidencias, entre más numerosas mejor, para mostrar inobjetablemente su capacidad profesional, es decir, indicación de estudios de gabinete y de laboratorio no para apoyar el diagnóstico, sino para anticipar la defensa en caso de queja, litigio, conflicto o demanda, por si fuera el caso.
La medicina defensiva ha alterado notablemente la relación médico-paciente, la ha alejado, los ha distanciado, propiciando que se elimine el principio de confianza que siempre ha caracterizado al modelo clásico del acto médico, que se convierta en antitético y ha encarecido la medicina en todos los sistemas de atención a la salud y médica. Pero el paciente demandante moderno no sólo ha sido causa de la aparición de la medicina defensiva, sino que todos los sistemas de medicina institucionalizada, al fomentar la cultura de las quejas por parte de usuarios, pacientes y familiares, y no tomar el papel de responsables solidarias (que obligadamente deben aceptar), cuando se presentan errores de atención, estos no se asumen como errores del sistema, sino que siempre se aplican exclusivamente a los médicos, es más nunca los defienden, por lo que el profesional de la salud tuvo que defenderse, contribuyendo al dispendio de los recursos económicos en todos los sistemas.
Sin duda el principio de autonomía de la ética médica, aun con las dificultades de su observancia, ha favorecido que en el acto médico, el paciente se mueva a una posición más participativa, más protagónica, menos dócil y menos pasiva en la solicitud de ayuda; pero también en correspondencia el médico también se ha movido de una posición de superioridad y de soberbia, que se observaba todavía a fines del siglo XX en importante número de médicos, a una más humilde, accesible y de calidez, es decir, a una posición humanística, en donde los principios de autonomía y de consentimiento informado, observados no sólo con el llenado de un documento escrito (actualmente autorización en formato, firmado por el paciente, familiares, testigos y el médico para la realización de todo acto médico intervencionista), sino con un acto médico que puede llevar una, dos o tres entrevistas para dar explicaciones, informes y aclaraciones sobre todo entendibles y que sin duda añaden más valor ético el documento firmado, que ahora se toma como una medida preventiva y de indudable valor legal, para la forma en que se traba- ja en la medicina actual. Con el principio de autonomía se pretende lograr una beneficencia hacia los pacientes no paternalista, que se gesta cuando el paciente reconociendo sus derechos, también acepta sus limitaciones e insuficiencias en la solicitud de sus atenciones y cuando el médico como benefactor indudable, entienda, acepte y fomente dicha autonomía y sólo sustituirla en situaciones inevitables, para lo cual hace uso de todos los principios de su ética médica y sobre todo el del consentimiento informado, cumpliendo con lo que ahora se califica como una medicina más acertiva
Por supuesto que todos los sistemas de atención a la salud y de atención médica han tenido grandes ventajas, habiendo contribuido a lograr metas extraordinarias, bastando el enunciado de dos ejemplos: la desaparición de padecimientos infecto-contagiosos graves y el aumento en años de las expectativas de vida y que en México es de más de 70 años para ambos sexos. Así los sistemas de atención pública, de seguridad social, administrada y privada en los países latinoamericanos y sobre todo en México, a pesar de críticas unas justificadas y otras no, en su historial se aprecian grandes beneficios, ya que han contado con importantes y efectivos sistemas de regulación, en todos los órdenes, tratando de velar siempre y dentro de lo posible por los intereses de los pacientes y de los médicos, no teniendo más limitaciones que los recursos económicos, la gravedad de las patologías y las capacidades profesionales y éticas de los médicos, lo que se demuestra por el hecho de que en millones de actos médicos proporcionados, el número de conflictos, demandas y litigios, en número y proporción son mínimos (basta con conocer los anuarios de la Comisión Nacional de Arbitraje médico), y que en su mayoría derivan de problemas de comunicación entre los pacien- tes, los médicos y las instituciones, hecho que ha justificado el que se mencionen con frecuencia dos hechos: el deterioro de la relación médico-paciente y la deshumanización de la medicina, comentarios que me permito creer han sido exagerados.


Share this article

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Copyright © 2015 Ética Médica INUMEDH
Distributed By My Blogger Themes | Template Design By BTDesigner